Búho Real y Lobo Ibérico

En este mural se representan dos animales carismáticos de nuestro entorno, como son el Búho Real y el Lobo Ibérico. Estos murales, pintados en junio de 2022 por Mauro de Graffitensis, dan colorido a las puertas de acceso a los garajes de nuestro Palacio del Marqués del Arco, sede del archivo municipal y del centro joven.  

 

Ubicación Plaza del Altozano. https://goo.gl/maps/HmubRbCjxY8x6bNj6

 


EL BUHO REAL.

El Búho Real es un ave fascinante que siempre ha despertado la curiosidad a todas las generaciones. Su figura es fruto de mitos y relatos infantiles: a veces sagrado y a veces temido. Nocturno, sigiloso, misterioso y mágico, símbolo de la sabiduría y del poder desde las culturas más antiguas.

La llamada del Búho se asociaba con los malos espíritus cercanos a la muerte, brujería y superstición en la oscuridad. Sin embargo, es un animal muy inteligente y bello, con grandes ojos anaranjados hipnotizadores, vuelo majestuoso y abrumadora capacidad de adaptación al medio natural. Se ha ganado por méritos propios el sobrenombre de “Gran Duque “.

Habita en nuestros bosques espinariegos, casi siempre alejado del ser humano. Nos sorprende con sus más de dos metros de envergadura y cuatro kilos de peso. Su voz “uu oo” puede escucharse incluso a dos kilómetros de distancia. Nada tiene de ave agorera (mala suerte), al contrario, es un ave muy beneficiosa para el ser humano, superdepredador inmutable de roedores y conocido como “El Rey de la noche”.

 


EL LOBO IBÉRICO

Entre todos los mamíferos salvajes que habitan la sierra de Guadarrama, ninguno ha tenido para el ser humano un componente tan emocional como el lobo ibérico. Desde las más antiguas culturas, el lobo ha convivido en competencia permanente con el ser humano como el mayor depredador conocido en nuestros alrededores.

La figura del lobo casi desapareció por la presión social en los años 60 del siglo XX. Sin embargo, hoy ha vuelto a resurgir con fuerza, otorgándole una nueva oportunidad para la supervivencia, demostrando, de este modo, su gran capacidad de adaptación al medio natural.

Hoy en día, el lobo ocupa un espacio esencial en nuestros montes comunales, con presencia no solo en el Parque Nacional Sierra de Guadarrama, sino también en la Sierra del Quintanar y el Campo Azálvaro, siendo relativamente habituales los ataques al ganado, incluso en parajes cercanos a las poblaciones. El gran depredador vuelve a sus fueros, lo que trae consigo antiguos conflictos y discusiones. Es vital, por lo tanto, conseguir un equilibrio entre los legítimos intereses de los ganaderos afectados con la necesidad de recuperación de la biodiversidad perdida.

 

 Textos: Cipriano Dorrego, Agente Forestal de El Espinar.