Paseo del Prado Boyato

Características de la ruta

Descripción de la ruta

El arroyo del Prado Boyato hace honor al nombre de esta ladera de Aguas Vertientes, junto con el arroyo de la Gasca, el Mayor y el de las Barrancas. El arroyo cuyo cauce vamos a seguir en esta marcha hasta su nacimiento no se seca, como otros, en el pleno rigor del verano.

Paseo del Prado Goyato

Como ya se ha indicado en la introducción de esta guía, el arroyo de Prado Boyato continúa su curso después de cruzar la pista forestal El Espinar-San Rafael, recibiendo primero, cerca de la estación de servicio de la carretera de Ávila, al arroyo de las Barrancas y más abajo, en una rotonda de la zona de los Concejos, uniéndose al arroyo del Boquerón para formar juntos el de la Soledad.

Nosotros vamos a iniciar nuestro recorrido en el merendero con bancos y mesas de piedra que hay junto a la mencionada pista forestal pasado el curso del arroyo. En su cauce podemos ver una caseta también de piedra, con el tejado cubierto de musgo, que servía de registro a una antigua conducción de agua.

Curso del Arroyo Goyato

Atravesamos la explanada para internarnos en el bosque por un camino que asciende hacia el sur, bordeando un tupido helechal con el arroyo a nuestra derecha.

En algún momento de la subida tendremos que apartarnos del arroyo, pues su orilla es intransitable, y buscar un camino más empinado por la ladera a nuestra izquierda.

Hay caminos que en tiempo de lluvias se convierten en cauces de agua, haciendo la competencia al mismo arroyo.

Cruzamos el camino del Ingeniero, que en esta ocasión no tomamos, y llegamos por fin al collado de las Lagunas, así llamado por las extensiones de agua que se forman en su superficie, que se secan en verano, pero que por el subsuelo alimentan el arroyo de Prado Boyato.

Collado de Las Lagunas

Pasamos a la otra margen, la izquierda del arroyo, cuyo nacimiento, como el de muchos de estos arroyos, se forma de sucesivos cursos de agua, que desaparecen y vuelven a aparecer hasta que la corriente se vuelve continua, con pequeñas cascadas y numerosos meandros. Esta es una caminata para disfrutar del sonido relajante que hace el agua y de la belleza de su incesante correr.

Para el descenso tomamos el camino que discurre por la orilla izquierda del arroyo, que, por tanto, tendremos a nuestra derecha.

Observemos el arbolado predominante de pinos silvestres, lo que no impide que encontremos algún ejemplar de tejo, junto a matorrales de retamas, estepas y escaramujos.

El pinar se abre de cuando en cuando en praderas más o menos amplias, en las que puede pastar el ganado vacuno. No es extraño divisar corzos y, más infrecuente, algún zorro de cola rojiza.

El camino nos devuelve a la pista forestal, donde concluye nuestra excursión.

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